jueves, 2 de diciembre de 2010

NN3

Su manto, su sombra y su sangre,
su hielo, su olvido, su putrefacto olor,
su alma desgastada por mi hechizo,
su piel envejecida por el dolor...

Ya no hay belleza en su delgadez,
ya no hay sinceridad en sus ojos,
ya no hay sueños en sus palabras… se agotó la ilusión.

Su falsedad contagia de desprecio la compasión de los espíritus salvadores a su lado
y su juicio determina su condena: ¡culpable!

¿Su castigo?
 La eternidad sin esperanza.

1 comentario:

tu historial: