jueves, 2 de diciembre de 2010

Cuento N° 1

Ayer seguía tu mirada mientras ella buscaba entre la multitud ese rostro que siempre anhelaste y que ni siquiera ese día pudiste tener. Sin embargo allí estabas sin notar que mi mirada te perseguía por el corredor, en la pista de baile, incluso te esperó mientras salías del baño cada vez que entraste, aguantaba en silencio tu ignorancia e ignoraba al cien por mil esa voz en lo más profundo de mi que me decía: ¡idiota, estúpido!, deja de perseguirla, no pierdas el tiempo con esa ilusa que no ve mas allá de su propia nariz.

Y es que cuando bajaba la mirada allí estaba tu risa loca casi aturdidora que se burlaba de mi... Yo solo la admiraba y soñaba despierto con algún día compartir la alegría de tu graciosa forma de ver la vida... 

En ese momento sentí un frío en mi pecho que bajaba lentamente por mi estomago y luego mi pantalón. ¡No era posible!, llegue hasta ese punto en el que por fin descubrí la causa de tu risa: había vaciado sobre mi ropa la cerveza fría que me estaba tomando; Y cuando al fin tu mirada se encontró con la mía y paraste de reírte, tomaste una toalla y te acercaste a mí, secaste mi camisa y por primera vez en muchos años me sonreíste sin burlarte de mí… en ese momento… desperté.

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