Y hablabas con la misma nostalgia de la soledad, de la tristeza, del deseo de volver a los momentos felices que una vez viviste y que el tiempo se llevó.
Amigo del alma que me detiene los sueños con su caída… no puedo continuar si no te has levantado amigo mío.
Amigo del alma que me detiene los sueños con su caída… no puedo continuar si no te has levantado amigo mío.
Y no sé qué hacer, no está en mis manos acallar tu pena, en esa parte de tu vida no existo yo más que como una ramita.
Uno, dos, tres, luego hasta mil:
siéntate en silencio amigo mío y escucha la voz que calmada habla en medio de la algarada en tu cuerpo.
siéntate en silencio amigo mío y escucha la voz que calmada habla en medio de la algarada en tu cuerpo.
Amigo: afuera estoy contigo,
me convierto en tu escudo y tu protección; prometo no marcharme hasta que regreses o hasta que el fuego acabe conmigo.
me convierto en tu escudo y tu protección; prometo no marcharme hasta que regreses o hasta que el fuego acabe conmigo.
Amigo que en las batallas fuiste tú mi confort y mi alivio,
déjame ahora solo con ensueños levantarte la mirada y estremecerte en la belleza del primaverezco paisaje.
Mira el jardín de los deseos, las instrucciones están bajo la cerca de flores amarillas.
Sus botones se abren con tu sonrisa,
déjame ahora solo con ensueños levantarte la mirada y estremecerte en la belleza del primaverezco paisaje.
Mira el jardín de los deseos, las instrucciones están bajo la cerca de flores amarillas.
Sus botones se abren con tu sonrisa,
anda descúbrelas…
Y no olvides las instrucciones de regreso.
Amigo mío, no me marcharé de aquí, sabes que puedes contar conmigo...
amiga mía... te quiero...
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