jueves, 25 de noviembre de 2010

Ya lo sé...

Y aunque quisiera no puedo darte muerte... no a este sentimiento, no hoy.

Y aunque no te quiero más en mi vida, no creo dejarte ir.


Es una absurda obsesión que maltrata mi orgullo, que carece de autoestima,
un juego que no me atrevo a perder aunque ya se terminó...
Y te odio y cómo te pareces tanto a mi: me odio
y te olvido... por un segundo,

luego te recuerdo y de nuevo te odio
y como el odio no es lo contrario al amor sino que lo es la indiferencia
comprendo que terminó, y aunque tus palabras no me lo dicen... ya lo sé.

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